La inmunoterapia sublingual también funciona en los gatos alérgicos.
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Como todos los profesionales ya saben, los gatos suelen acudir a los veterinarios con prurito y lesiones correspondientes a uno de los siguientes cuatro síndromes: excoriaciones en la cabeza y el cuello, enfermedades eosinofílicas (por ejemplo, placas eosinofílicas, granulomas colagenolíticos, úlceras indolentes), dermatitis miliar (por ejemplo, dermatitis papulo-costrosa) y alopecia autoinducida (a menudo simétrica). Estos cuatro patrones se atribuyen a menudo a una etiología alérgica, y todos ellos se han reagrupado recientemente como manifestaciones del «Síndrome de piel atópica felina – FASS».
Para aquellos que aún no están familiarizados con esta nueva terminología, recomiendo la lectura de cuatro documentos sobre la terminología, la patogénesis, los signos clínicos y el tratamiento del FASS. Estos documentos fueron generados por un subcomité del ICADA (Comité Internacional de Enfermedades Alérgicas de los Animales), y pueden descargarse con libre acceso aquí.
El último artículo de esta miniserie es una revisión sistemática que analiza los resultados de todos los ensayos clínicos publicados anteriormente sobre el tratamiento de este síndrome. Las conclusiones son dignas de mención, aunque no son tan sorprendentes. Los autores encontraron pruebas convincentes de la buena eficacia de los glucocorticoides orales y la ciclosporina, y pruebas más limitadas de la buena eficacia de los glucocorticoides tópicos, el oclacitinib, el maropitant y la inmunoterapia específica con alérgenos (ASIT; datos de la tabla 10); otras intervenciones fueron evaluadas con una eficacia más moderada.
A lo largo de los años, 11 estudios han informado de la eficacia de la ASIT para el FASS, y casi todos habían incluido gatos tratados con ASIT subcutánea, ya sea acuosa o adyuvada.
En el número de febrero de 2021 de la revista Veterinary Dermatology, Rubén Foj y sus colegas publicaron el artículo completo de su estudio sobre la eficacia clínica de la inmunoterapia sublingual (SLIT) en gatos con alergias cutáneas; el resumen puede encontrarse aquí.
Este estudio fue un ensayo de campo prospectivo, multicéntrico, abierto y no controlado de gatos con dermatitis atópica (DA). Como yo -y muchos otros- defendemos que los gatos no sufren espontáneamente una enfermedad alérgica de la piel que reproduzca la DA humana y canina, ni clínica ni inmunológicamente, no utilizaré ese término para el síndrome felino, sino que cambiaré a la terminología más reciente.
Los autores incluyeron 22 gatos que habían cumplido los siguientes criterios 1) al menos una de las manifestaciones típicas del FASS durante más de un año, 2) una serología IgE alérgeno-específica positiva para el polvo doméstico o los ácaros de almacenamiento, y 3) se han descartado todas las demás causas posibles de prurito (incluida la alergia alimentaria).
El SLIT se formuló como una solución acuosa que contenía extractos glicerinados de Dermatophagoides farinae, D. pteronyssinus, Acarus siro, y/o Tyrophagus putrescentiae (LETIPharma, Barcelona, España), que se individualizó en función de los resultados de las pruebas serológicas (Allercept, Heska, Friburgo, Suiza) para cada gato; los propietarios administraron el SLIT una vez al día, como se hacía clásicamente.
Se permitió a los veterinarios prescribir metilprednisolona oral en el momento de la inducción del SLIT o en caso de reagudización mediante un protocolo estandarizado, y se contabilizó el número de comprimidos durante el ensayo.
Las principales medidas de resultado fueron la evolución de los signos clínicos (lesiones cutáneas, prurito) mediante escalas estándar y la evolución de las IgG e IgE específicas de ácaros a lo largo del tiempo. Las reevaluaciones se hicieron trimestralmente durante el primer año de SLIT.
De los 22 gatos que iniciaron el ensayo, se eliminaron tres porque no terminaron los seis meses de tratamiento; los valores de todos los demás gatos se tuvieron en cuenta para el análisis estadístico.
Los resultados son dignos de mención: tanto las lesiones cutáneas como las manifestaciones de prurito disminuyeron de forma impresionante con el paso del tiempo, siendo ambas puntuaciones significativamente más bajas ya a los tres meses de iniciar el tratamiento (a continuación se muestra una figura adaptada del artículo). Sorprendentemente, las puntuaciones de cada tipo de las cuatro presentaciones clásicas del FASS parecieron mejorar por igual durante el estudio.

Es importante que, al principio del estudio, siete gatos necesitaban una dosis media de 0,8 mg/kg/día de metilprednisolona para controlar sus signos. Después de tres meses de SLIT, sólo cinco gatos necesitaron la mitad de esta dosis, y después de un año, cuatro gatos necesitaron aproximadamente un tercio de la dosis original.
Como es habitual con la SLIT, no se observaron efectos adversos.
Desde el punto de vista inmunológico, se necesitaron nueve meses para que la IgE específica de ácaros fuera más baja que al principio, mientras que la IgG específica de ácaros no cambió de forma apreciable.
¿Qué es lo que más me gusta de este estudio?
A pesar de su pequeña extensión, valoré varios aspectos de este ensayo:
– Fue el primero en el que se inscribieron gatos con dermatitis alérgica para ser tratados con SLIT.
– Utilizó instrumentos estándar para puntuar las lesiones cutáneas y las manifestaciones de prurito.
– Permitió el uso de glucocorticoides -como se hace en la práctica-, pero simplemente reflejó la reducción del uso de dicha medicación.
– Todos los parámetros clínicos evolucionaron positivamente al unísono.
¿Qué me hubiera gustado ver?
Por supuesto, el ensayo habría sido de mayor calidad si hubiera sido doble ciego con un grupo controlado con placebo y un mayor número de gatos, pero se podría argumentar que el uso de un placebo durante un año no es ético. Tal vez, entonces, un grupo de gatos tratados con ciclosporina habrían constituido unos controles adecuados. Como medidas de resultado, me habría gustado ver también el número (porcentaje) de gatos con puntuaciones de lesiones y prurito de gatos normales en los distintos puntos temporales, ya que por los valores mostrados en los gráficos, sospecho que muchos gatos deben haber sido clínicamente normales, ¡incluso desde el primer momento!
Resultado clínico final:
En este pequeño ensayo prospectivo abierto, la SLIT demostró ser rápidamente eficaz para reducir los signos clínicos y las necesidades de glucocorticoides en gatos con dermatitis alérgica sensibilizados a los ácaros del polvo doméstico o del almacenamiento. Como tal, la SLIT parece una opción válida para controlar los signos de alergia en gatos reacios a ser inyectados con la ASIT subcutánea estándar.
¡Hasta el mes que viene!
Con todo respeto,
Thierry Olivry, DrVet, PhD, DipECVD, DipACVD
Profesor de Investigación de Inmunodermatología
NC State University College of Veterinary Medicine, Raleigh, North Carolina, USA
Asesor científico y consultor en dermatología y alergia
Nextmune, Stockholm, Sweden